Por Susan Rocha
Natura Naturata
Mediante la representación de la naturaleza Dayuma le otorga una imagen visual a su propia espiritualidad. La interrelación entre lo místico y la estética, que ha permanecido vigente a lo largo de la historia del arte, se expresa por fuera de la religión y mediante una búsqueda personal en el color, la luz, el espacio, la composición, la forma y la materialidad. Esta serie de Dayuma carece de modelo natural y de imágenes humanas. Surge de una reflexión sobre la materialidad del arte mediante el uso de pintura para seda y la seda, que es una técnica tradicional asiática, usada desde hace más de 4.500 años para la vestimenta. Esa relación con las habilidades tradicionales y la experimentación con un material relacionado con la manualidad hace que muchas veces su obra haya sido interpretada como una reivindicación de lo femenino, debido al uso constante de elementos florales, encajes, bordados y tejidos que han sido asociados con el rol asignado a la mujer en la sociedad. Interpretación que la artista contradice al explicar su propia posición frente al arte. Lo que sí forma parte de sus intereses es la creatividad y la capacidad de experimentación como lugar compartido entre el arte, el diseño y lo artesanal. Sus obras presentan elementos florales reiterativos y fragmentarios de un ambiente armónico e idealizado que nos recuerda el valor espiritual que las prácticas de religiosidad andina le otorgan a las plantas y los usos sociales de las mismas como formas de purificación espiritual. Al mismo tiempo, rememoran a las representaciones tradicionales asiáticas de representación de la naturaleza y del tiempo. Esta mescla recuerda a las formas actuales de construir la subjetividad y la espiritualidad apropiándose de múltiples y a veces contradictorias convenciones que conviven en una nueva reencarnación de lo místico. Un proceso de catarsis que muestra una forma más gestual, orgánica y espontánea.
Susan Rocha