“La Estétika del Desobligo”
Arte cotidiano, memoria y resistencia
Arte ecuatoriano contemporáneo, memoria visual del hogar, crítica sutil a los cánones estéticos tradicionales: así se construye la serie “La Estétika del Desobligo”, una de las obras emblemáticas de Dayuma Guayasamín.
Esta serie celebra una trayectoria sólida de más de cuatro décadas y es testimonio del lenguaje visual único de Dayuma, una artista que ha hecho del desorden doméstico, del objeto encontrado y del gesto libre una poética profundamente política y femenina.
¿Qué es “La Estétika del Desobligo”?
Creada entre 1987 y 1989, esta serie surge de una necesidad urgente por romper con el ideal del orden visual impuesto por los discursos hegemónicos del arte. En lugar de buscar la armonía o la perfección formal, Dayuma se sumerge en lo cotidiano, lo no representado, lo marginal. La cocina desordenada, el rincón olvidado del dormitorio, el ventanal sin limpiar… se convierten en escenas de contemplación estética.
Desde su taller en Quito, Dayuma observa los objetos que la rodean y los transforma en arte: mesas con platos sin recoger, estanterías colapsadas, encajes, sillas, ropa colgada, utensilios olvidados. Todo entra en la escena. El desobligo se convierte en recurso compositivo y conceptual.
Obras destacadas de la serie:
“Cocina” (1989): Acrílico sobre tabla. Un escenario realista donde lo doméstico se convierte en discurso artístico.
“Esquina del dormitorio” (1987): Acrílico sobre cartulina. Una mirada fragmentada a la intimidad del hogar.
“Ventana del lokal” (1987): Lápiz de color sobre cartulina. Un encuadre de la luz cotidiana y el espacio creativo.
“Dormitorio” (1989): Acrílico sobre cartulina. Sutileza del color y la forma en un ambiente profundamente personal.
Estas obras forman parte de un corpus que se aleja de la pintura tradicional para adentrarse en una estética propia, cargada de texturas, materiales recuperados y gestos que rompen la norma sin perder fuerza visual.
“El desobligo como estética”: reflexiones clave sobre la propia artista:
“El desobligo es una visión objetiva de la realidad. Los objetos y materiales recuperados y transformados en elementos estéticos son parte de esta necesidad de inventariar mi entorno.”
Aquí no se busca idealizar la belleza, sino documentarla. En lugar de ocultar el caos, Dayuma lo ilumina; en lugar de corregirlo, lo transforma. El desobligo —entendido como descuido o abandono— se convierte en resistencia y autenticidad.
Desde una lectura de género, la obra también puede entenderse como una crítica a la carga doméstica invisibilizada. Pintar el desorden es también pintar la historia no contada de las mujeres, sus espacios y sus silencios.
¿Dónde adquirir obra de Dayuma?
Algunas piezas de la serie “La Estétika del Desobligo”, junto con obras textiles, acuarelas sobre seda y objetos utilitarios, están disponibles a través del sitio web oficial:
Allí puedes encontrar:
Obra original y certificada
Collages y pinturas sobre tela, cartulina y madera
Objetos artísticos aplicados: cuadernos, manteles, repisas, textiles pintados
Información de contacto para colecciones institucionales y curaduría
Desobligo que libera
Que una serie nacida en el corazón doméstico de Quito, inspirada en el caos y el color cotidiano, llegue a consolidarse como parte central del imaginario de Dayuma Guayasamín, no es un hecho menor. Es testimonio de que el arte que nace del entorno, del instinto, del gesto auténtico, tiene el poder de conectar realidades a través del tiempo y la geografía.
Dayuma Guayasamín, fiel a su visión estética y política, nos recuerda que la libertad también habita en el desorden. Y que la belleza puede emerger incluso de lo que el mundo intenta ignorar.